
A lo que los hispanohablantes llamamos mi media naranja se refieren los alemanes cuando hablan de su mejor mitad. Ni que decir tiene que esta expresión me pareció, la primera vez que la oí, un alarde poético que asumí único y exclusivo de Mi Mejor Mitad, algo que se acababa de inventar en mi honor. Me sacó los colores y todo, y pensé luego dicen que los alemanes son sosos, y hay que ver éste qué piropos me echa.
Después lo fui escuchando en otras bocas y me di cuenta de que era una expresión común. Y perdí gran parte del arrobo inicial, claro. No es lo mismo ser la mejor mitad así, en términos absolutos, que una mitad de tantas.
A Mi Mejor Mitad le hace mucha gracia hablar de Su Media Naranja.
- ¿Y por qué no limón?
- Porque el limón es ácido y la naranja dulce, supongo. Comer limones se asocia a algo más bien negativo, de hecho se dice poner cara de estar chupando un limón cuando pones cara de que algo te cuesta mucho o cuando la vida te da limones, haz limonada.
Intuyo que justamente después del “porque...” ha dejado de prestar atención.
- Pero si los dos son... ¿cómo se dice? ¿cítricos?
- Sí, los dos son cítricos. Pero vamos, que no todos los cítricos son iguales.
Ya se que es una obviedad. No se me da muy bien explicar frases hechas.
- ¿Y lo de la naranja es porque estamos en Valencia? ¿en Canarias tienen Su Medio Plátano? ¿y en Andalucía Su Media Oliva?
Entonces llegó el metro, y entre coger los bártulos y encontrar asiento el tema se nos quedó ahí truncado. Pero creo que le voy a decir que sí, porque me parece una idea fantástica: no estaría nada mal que actualizáramos las expresiones regionalmente. En Madrid podríamos tener Mi Medio Bocata de Calamares, en Burgos Mi Media Morcilla, en Galicia Mi Medio Pulpo o Mi Medio Queso de Tetilla, y así sucesivamente. Y en plan internacional, en Alemania sería muy cariñoso hablar de nuestra Media Patata. O del tubérculo que predomine, vaya.
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